Dios nos salva de la perdición y desea que jamás regresemos a esa vida cautiva. Cuan lamentable es que después de recibir y conocer el maravilloso amor del Padre, anhelemos volver a la vida antigua donde estábamos hundidos en el pecado y no teníamos paz.
"Temer a los hombres resulta una trampa,
pero el que confía en el Señor sale bien librado"
Proverbios 29:25
No hay comentarios.:
Publicar un comentario