Ustedes son la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve desabrida. ¿Con qué se
le puede devolver el sabor? Ya no sirve para nada sino para echarla a la basura
o para que la pise la gente.
Ustedes son la luz para este mundo. No se puede
esconder una ciudad edificada sobre un cerro. No se enciende una lámpara para
esconderla en un tiesto, sino para ponerla en un candelero a fin de que alumbre
a todos en la casa. Así, pues, debe brillar su luz ante los hombres, para que
vean sus buenas obras y glorifiquen al padre de ustedes que está en los cielos.
Jesús nos llama a cambiar al mundo. Esto no significa
que toda la humanidad va a ser católica. Pero la iglesia debe ser sal y luz,
iluminar y dar sabor.
La sal y la luz, todo está en hacer ver el color y
sentir el sabor de cada cosa en destacar lo auténtico de lo demás. Es así como
salvamos al mundo.
“Sal y luz de la tierra, para dar
sabor e iluminar a la humanidad”.
https://imagenes-cristianasx.blogspot.com/
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