Si no eres capaz de alegrarte por lo que los demás tienen, pídele a Dios que te recuerde el conjunto de bendiciones, dones, talentos, que te ha dado, y cuántos de ellos están desperdiciados.
"Dichosos más bien —contestó Jesús— los que oyen la palabra de Dios y la obedecen. Lucas 11:28"
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