El objetivo es conseguir una sincronía con Dios, sin tratar de hacer que él se adecue a nosotros. Figuremos que estamos nadando o buceando y debemos mantener la bombona oxigeno siempre conectada a nosotros, aunque sea pesada debemos mantenernos conectada a ella, es nuestra decisión si apetecemos vivir o desconectarnos y morir ahogados… Así es caminar con Dios, así es estar en su ritmo; obedecer y creer, estar convencidos que a donde quiera que el nos mueva experimentaremos las más grandes bendiciones, y aunque vengan pruebas a nosotros él es quien está en control.
"Los azotes que hieren limpian del mal, también lo hacen las llagas del vientre-Proverbios 20:30"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario