Las personas que dirigen sus deseos hacia Dios son acarreadas a buscar las cosas que Él permite que visualices y la forma en las que puedes alcanzarlas. Los deseos que vienen de parte de Dios nos proveen de mucha motivación que cualquier necesidad que tengamos.
“Los discípulos salieron a predicar por todas partes con la ayuda del Señor”. (Mc 16,20)
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