Dios nos prueba la paciencia y la lealtad mientras pedimos, tenemos que reclamar las promesas de Dios y orar conforme a ellas. Al Señor le agradan los hijos insistentes. Él no tiene otra alternativa que responder.
“ La Palabra es la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre”. (Jn 1,9)
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