La paz de Dios es apreciada por los creyentes. Se experimenta. A diferencia de nuestra “paz con Dios” a través de la fe, esta “paz de Dios” es algo que parece fluctuar, especialmente cuando nuestro comportamiento es errante. En otras palabras, cuanto más nos regocijamos, en orar, confiar, obedecer y regocijarnos, más la “paz de Dios” llena nuestra alma.
"En el temor de Jehová hay fuerte confianza; sus hijos tendrán un lugar de refugio-Proverbios 14:26"
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