Los verdaderos sueños no son lo que surgen en la mente de un ser humano, sino los que vienen de Dios. Dios es el dador de los sueños productivos, poderoso, redentores. De nada sirve tener sueños si Dios no está en el asunto. Cuando Dios da el sueño, él dará los recursos para que los llevemos a cabo y el final siempre será que Dios será glorificado. Deja que Dios te siembre en sueño en tu vida y entonces podrás correr hacía el sueño.
"Porque en todas las cosas han sido enriquecidos en él, en toda palabra y en todo conocimiento-1 Corintios 1:5"
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