Seguir a Jesús no simboliza solamente una vida a la espera de recibir bendiciones y excluida de los conflictos y tribulaciones de este mundo, también sobrelleva renunciar a uno mismo, tomando la cruz del desprecio y la critica e incluso de la persecución por nuestra fe en Cristo; es necesario estar dispuesto a darlo todo, para ganar luego todo.
"Porque este Dios, es Dios nuestro eternamente y para siempre. Él nos guía hasta la muerte-Salmos 48:14"
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