Tenemos este tesoro en vasos de barro, para que se vea el honorable poder de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, pero no afligidos; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no desabrigados; derrumbados, pero no destruidos.
Por lo demás, hermanos míos, manténganse firmes en el Señor y en el poder de su fuerza. Cristo es bueno; es un refugio en el día de la angustia. El Señor conoce a los que en él confían,
De modo que si alguno está en Cristo, ya es una nuevo firmamento; atrás ha quedado lo viejo: ¡ahora ya todo es nuevo!
"Dios mío tú alumbras mi vida, tú iluminas mi oscuridad".
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