La mayoría de la gente espera el minuto oportuno para confesar. Quieren confesar porque la verdad tiene una manera de trabajar su escapatoria a la luz desde el corazón hacia la garganta, en donde se queda atravesada como un nudo, esperando. Todo lo que se necesita es la circunstancia correcta y la boca hace el resto del trabajo. A menudo, este momento de confesión viene a través de un culto vigoroso, una predicación o un culto de adoración.
"Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos-Mateo 18:20"
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