Tu primera finalidad es no estar satisfecho de ti
mismo, es combatir al pecado y transformarte, mejorándote y exigiéndote, cada día
más, para crecer interiormente.
Tu segunda finalidad es soportar pacientemente
las pruebas y las tentaciones de este mundo causadas por los cambios en tu vida
y perseverar hasta el fin en medio de estas cosas
.
“Señor, mi Dios, espero en el
refugio de tus alas, protégeme y llévame. Solo cuando eres mi fuerza, yo soy fuerte”.
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